Preinfa lleva unos 10 años como empresa, muchos de los cuales como en todos los inicios son duros, difíciles y complicados y ahí es donde surge la perseverancia de los pequeños emprendedores, el no rendirse, en seguir adelante, en esforzarse y dar lo mejor de uno mismo. Por este y muchos otros motivos, Preinfa como empresa, tiene como colaboradores a pequeños emprendedores, que tienen tras de sí, historias tan emotivas y tan hermosas, que hacen estremecer a muchos de los corazones que las leen. Ese es el motivo que por el día de la Madre, queremos homenajear y contaros la historia de una mujer que llegó a ser DULCES INMA.
Inma es la pequeña de 5 hermanos, siempre ha estado y así se ha sentido, arropada por la familia, su pareja, hijos y amigos. Realizó varios trabajos, entre ellos trabajar en una gasolinera, la cual tuvo que dejar porque la maternidad surgió en su vida, que es lo que más la ha llenado y la sigue llenando todos y cada uno de los momentos de su día a día.
Mujer como tú o como yo, que espera de la vida algo más que escasez, penurias, quejas, reproches, miedos… mujer que siente, que intuye que tiene mucho que aportar en este mundo, quizás también como tú que estás leyendo esto.
Inma nunca se rindió, pensó y analizó cada una de las ideas que le iban apareciendo en su mente y entonces…recordó algo de su infancia, que le hizo estallar la lucecita que todos tenemos en nuestro interior.
Recuerda estar en la cocina de casa de sus padres con un delantal que le iba enorme, pero en ese momento junto a su madre, su espíritu era tan grande como ese delantal, madre e hija en la cocina haciendo “pestiños” unos dulces muy sabrosos. Hacían una masa enorme y la colocaban en un barreño, para dejarla reposar y pasado un rato (que a Inma se le hacía eterno) su madre volvía a coger la masa para golpearla con fuerza contra el mármol para que está pudiese estar más consistente.
Entonces llegaba lo mejor, alisar la masa con un vaso de tubo y dándole forma de lazos mientras su madre las freía en una sartén, que era única y exclusivamente para esos deliciosos dulces. Luego iban puerta por puerta, ofreciéndoles a los vecinos, los cuales, desde el patio de luces, les llegaba el aroma que desprendían esas delicias que Inma y su mama preparaban juntas. Hacían tantos dulces que había para familia, amigos y todo aquel que hubiese querido. Imaginaos a esa dulce niña, no esperando a que llegasen los Reyes Magos, su espera era la Semana Santa, para hacer junto a su madre los pestiños, el arroz con leche, roscos…en esos instantes para Inma el tiempo no existía, se le pasaba volando.
¿Que hizo Inma con ese recuerdo? ¿Qué hizo con lo que sentía mientras lo pensaba? Se dirigió a su pequeña cocina y empezó a cocinar galletas, pasteles, magdalenas… todos los dulces que os podáis llegar a imaginar, descubrió que la repostería era su pasión.
Ahora es ella quien comparte esta pasión con sus hijos, ahora son ellos, los que llevan el delantal, los que comparten y disfrutan de la felicidad que sienten al ver a su madre hacer los encargos para familiares, amigos, empresas,… no pasa el tiempo para ella en esa cocina, cuando quiere darse cuenta, en la calle ya ha oscurecido, el cielo está lleno de estrellas, la luna le permite verla, sus hijos descansan tranquilos y su marido Fran, la espera en su dormitorio, para darle las buenas noches y abrazarla, como gesto de que siempre él va a estar ahí para apoyarla en su emprendimiento.
Inma nunca se rinde y eso que esto… no ha hecho más que empezar.
Dulces Inma, no son sólo dulces, son entusiasmo, son ganas, son un YO PUEDO, no dejéis de seguir y probar sus dulces en https://www.facebook.com/inma.lopezhernandez.94
Preinfa (www.preinfa.com) cuenta con sus galletas como obsequio para nuestros clientes, amigos y familiares. Y desde aquí nuestro agradecimiento por ser la Mujer Emprendedora que ya es.